En mayo de 2011 la OMS, a través de IARC (Agencia Internacional para la Investigación contra el Cáncer) y basandose en la evidencia científica existente hasta el momento, ha clasificado la radiación electromagnética emitida por los dispositivos móviles como un posible cancerígeno humano dentro del Grupo 2B. Es la primera vez que un grupo de expertos, 31 científicos de 14 paises, de la OMS toma una decisión sobre estas emisiones, sin contar con la opinión del ICNIRP, que sigue defendiendo la inocuidad de las mismas. Hasta ahora, lo más que se les había podido arrancar era que no había estudios concluyentes.
La fortaleza de las estádisticas que demuestran aumentos significativos en el número de casos de tumores cerebrales ha forzado la situación para que la OMS reconozca que existe un riesgo real para la población.