Instituto para la Salud Geoambiental

La contaminación ambiental como factor determinante de la salud

El desarrollo y la globalización han generado impactos negativos sobre el medio ambiente y, por lo tanto, sobre nuestra salud. A pesar de que la medición a la exposición de factores contaminantes y su relación con la salud es compleja, se han realizado estudios epidemiológicos, toxicológicos y de laboratorio para estudiar este fenómeno.

Gracias a ello, se ha estimado que en los países desarrollados un 20% de las enfermedades pueden deberse a factores ambientales. Además éstos pueden causar efectos adversos a determinadas concentraciones, siendo en algunos casos concentraciones bajas.

Contaminación ambientalPor un lado, las enfermedades respiratorias, el asma y las alergias se atribuyen a factores ambientales como la contaminación atmosférica y el clima. Los agentes de contaminación implicados son principalmente los óxidos de nitrógeno y azufre, las partículas finas en suspensión, los compuestos orgánicos volátiles y los hidrocarburos, mientras que en ambientes interiores destaca el humo ambiental del tabaco aumentando  el riesgo de sufrir cáncer.

Por otro lado, los impactos del cambio climático sobre la salud son muy consistentes. En el caso de nuestro país la problemática se centra en los cambios de temperatura extremas, especialmente las olas de calor que han aumentado la mortalidad. También se encuentran riesgos por el aumento de la contaminación por PM (material particulado)O3 y vectores subtropicales que aumentan la incidencia de enfermedades como el dengue, malaria o la encefalitis.

Además, la disminución de la capa de Ozono por la contaminación atmosférica ha generado mayor exposición a la radiación ultravioleta asociada a un aumento del cáncer de piel, cataratas y alteraciones inmunitarias, mientras que las radiaciones ionizantes pueden provocar cáncer, leucemia, quemaduras y lesiones radiológicas.

Otro factor a considerar es la contaminación acústica, ya que genera trastornos auditivos, cardiovasculares, estrés y/o trastornos del sueño.

Finalmente, el agua de consumo es otro factor de riesgo. En nuestro país los brotes se han dado por el consumo de agua no potable, pero se encuentran problemas de contaminación química en origen y/o por los materiales instalados para el abastecimiento.  Los contaminantes más habituales son los nitratos, trihalometanos, plaguicidas, plomo, otros metales, arsénico, arcrilamida, cloruro de vinilo y epiclohidrina, floruro y boro.

La respuesta a los agentes ambientales varía en la población, siendo algunas personas más vulnerables que otras. La suma de varios factores puede tener graves riesgos para la salud. También hay que resaltar la relación de determinadas condiciones sociales (como la pobreza o el desempleo) con la salud.

Fuente: https://www.scielosp.org/article/resp/2005.v79n2/117-127/es/