La revista científica Bioelectromagnetics, volumen 37 publicó un nuevo estudio que confirma que la clasificación de los campos electromagnéticos de baja frecuencia como posible cancerígeno dentro del grupo 2B es coherente y respalda la decisión de la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) de 2001.
Según estos nuevos datos, analizados por ARIMMORA, un 2% de los casos de leucemia infantil, en Europa, podrían estar relacionados con la exposición a campos electromagnéticos.